(Fiesta de colación de grado de la Universidad de Flores (UFlo) / Alcornoque / sábado 29 de noviembre)
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Afuera, el Palermo Niceto que agrupa a chicos modernos que siguen bandas modernas con el torro de los que tienen entradas para ver a Silvina Garré en El Condado. Y adentro, nosotros, disfrutando de la fiesta que organizaron los flamantes licenciados en Administración de empresas, más un flamante contador, todos recién egresaditos de la Universidad de Flores, la Uflo, loco, la más alta excelencia académica que se consigue en toda la avenida Nazca.
¿Y qué vamos a decir de la fiesta? Lo primero es que para estudiar en la universidad privada, mejor estudiar en San Andrés, en el Instituto Di Tella. No podés ir a una privada barata. O sí, podés, pero corrés muchos riesgos, podés terminar escribiendo un blog sobre eventos, por ejemplo. Y si te metieron una patada en el culo los del Salvador y terminaste en la Kennedy porque tu viejo te rompía las bolas con no perder el año, por lo menos no te reúnas cuando finalmente salís de allí: no hay nada que festejar.
Y lo segundo: agradecer el privilegio de haber asistido a la fiesta con menos onda, la fiesta más chota al norte de la base Marambio. Pero agradecerlo en serio, sin la media vuelta del chiste con pliegues. Agradecer porque una fiesta más o menos hubiera sido algo decididamente más terrible. Esta fiesta, la fiesta de la UFlo, se ubica en otro lugar, un lugar extremo, único: privilegiado. El exacto reverso de un fiestón, que es mucho más interesante que simplemente una buena fiesta. Acá un señor puso las canciones que pone cuando lo contratan de los casamientos y otra cantidad de personas las bailó, tomó una cerveza, hizo trencito con un hit del Puma Rodríguez, se fue al patio a fumar un cigarro, volvió, bailó un rato más presea, dale presea, y se fue a dormir. El animal humano es un ser indescrifrable.
Vayamos a la lista de temas:
-Baby te quiero uo, baby te quiero uó uó.
-Dale a tu cuerpo alegría Macarena
-Sin documentos (con palmas españolas, un ratito, en la intro sobre todo)
-Una de Elvis Crespo
-Próvocamé (conquista mi amor)
-Matador
-Levantando las manos (este ritmo nuevo que traigo para ti)
-Se la llevó el tiburón, el tiburón
-Pasame más tinto se vino la pachanga
Alguien alguna vez va a tener que tomarse el trabajo de explicar qué cosa es Vilma Palma e vampiros: si una banda de rock, si un experimento del Instituto Balseiro. En la fiesta de la UFlo, hubo quienes tenían un calvo bien preparadito a quien señalar para cuando estallara el verso: dale pelado no pares nunca más.
En el centro de la pista, la pareja de la noche. El: camisa manga corta clarita de rayas tenues y bien metida dentro del jean planchado a la raya, zapatitos hush puppies o símil. Ella: carteruli al hombro durante toda la fiesta, media sonrisa durante toda la fiesta, pasito ahí, step base y apretadito, durante toda la fiesta. Ambos: durante toda la fiesta bailando de la manito. Ambos: durante toda la fiesta, mirándose, mirando al resto. Y solos, ambos, durante toda la fiesta, hasta que ya no hubo fiesta. A mi me dan ganas de ir a hablarles, y conocerlos como se conoce la gente en las fiestas de las películas: hola, qué tal, mi nombre es Harry, ¿quieren un poco de cerveza?
Cosas que en una fiesta como esta, no: apagá ese porro, drogadicto de mierda, dónde te creés que estás.
Cosas que en una fiesta como esta, sí: si pedimos un teléfono, es para otro día, en otro momento, ir a tomar un café. ¿Se entendió? Un café, en jarrito, mitad y mitad, capaz que en Janio.
Todo termina tardísimo, como a las cuatro de la mañana. Nos hubiéramos quedado, pero los domingos temprano vamos al Easy.
¿Y qué vamos a decir de la fiesta? Lo primero es que para estudiar en la universidad privada, mejor estudiar en San Andrés, en el Instituto Di Tella. No podés ir a una privada barata. O sí, podés, pero corrés muchos riesgos, podés terminar escribiendo un blog sobre eventos, por ejemplo. Y si te metieron una patada en el culo los del Salvador y terminaste en la Kennedy porque tu viejo te rompía las bolas con no perder el año, por lo menos no te reúnas cuando finalmente salís de allí: no hay nada que festejar.
Y lo segundo: agradecer el privilegio de haber asistido a la fiesta con menos onda, la fiesta más chota al norte de la base Marambio. Pero agradecerlo en serio, sin la media vuelta del chiste con pliegues. Agradecer porque una fiesta más o menos hubiera sido algo decididamente más terrible. Esta fiesta, la fiesta de la UFlo, se ubica en otro lugar, un lugar extremo, único: privilegiado. El exacto reverso de un fiestón, que es mucho más interesante que simplemente una buena fiesta. Acá un señor puso las canciones que pone cuando lo contratan de los casamientos y otra cantidad de personas las bailó, tomó una cerveza, hizo trencito con un hit del Puma Rodríguez, se fue al patio a fumar un cigarro, volvió, bailó un rato más presea, dale presea, y se fue a dormir. El animal humano es un ser indescrifrable.
Vayamos a la lista de temas:
-Baby te quiero uo, baby te quiero uó uó.
-Dale a tu cuerpo alegría Macarena
-Sin documentos (con palmas españolas, un ratito, en la intro sobre todo)
-Una de Elvis Crespo
-Próvocamé (conquista mi amor)
-Matador
-Levantando las manos (este ritmo nuevo que traigo para ti)
-Se la llevó el tiburón, el tiburón
-Pasame más tinto se vino la pachanga
Alguien alguna vez va a tener que tomarse el trabajo de explicar qué cosa es Vilma Palma e vampiros: si una banda de rock, si un experimento del Instituto Balseiro. En la fiesta de la UFlo, hubo quienes tenían un calvo bien preparadito a quien señalar para cuando estallara el verso: dale pelado no pares nunca más.
En el centro de la pista, la pareja de la noche. El: camisa manga corta clarita de rayas tenues y bien metida dentro del jean planchado a la raya, zapatitos hush puppies o símil. Ella: carteruli al hombro durante toda la fiesta, media sonrisa durante toda la fiesta, pasito ahí, step base y apretadito, durante toda la fiesta. Ambos: durante toda la fiesta bailando de la manito. Ambos: durante toda la fiesta, mirándose, mirando al resto. Y solos, ambos, durante toda la fiesta, hasta que ya no hubo fiesta. A mi me dan ganas de ir a hablarles, y conocerlos como se conoce la gente en las fiestas de las películas: hola, qué tal, mi nombre es Harry, ¿quieren un poco de cerveza?
Cosas que en una fiesta como esta, no: apagá ese porro, drogadicto de mierda, dónde te creés que estás.
Cosas que en una fiesta como esta, sí: si pedimos un teléfono, es para otro día, en otro momento, ir a tomar un café. ¿Se entendió? Un café, en jarrito, mitad y mitad, capaz que en Janio.
Todo termina tardísimo, como a las cuatro de la mañana. Nos hubiéramos quedado, pero los domingos temprano vamos al Easy.